sabato 30 giugno 2012

Neruda & Rimbaud



Oda a Jean Arthur Rimbaud
(Fragmento)


Ahora
en este Octobre
cumplirías
cien años,
desgarrador amigo.
¿ Me permites
hablarte?
Estoy solo,
en mi ventana
el Pacífico rompe
su eterno trueno oscuro.
Es de noche.
Sobra, el óvalo
la leña que arde arroja
de tu antiguo retrato
un rayo fugitivo.
Eres un niño
de mechones torcidos
ojos semi cerrados,
boca amarga.
Perdoname
que te hable
como soy, como creo
que serías ahora,
te hable de agua marina
y de leña que arde,
de simples cosas y sencilos seres.
y quemaron tu alma,
Te torturaroron
te encerraron
en 1os muros de Europa
y golpeabas
frenético
las puertas.
Y cuando
ya pudiste
partir
ibas herido,
herido y mudo,
muerto.
Muy bien; otros poetas
dejarcn
un cuervo, un cisne,
un sauce,
un pétalo en la lira;
tú dejaste un fantasma
desgarrado
que maldice
y escupe
y andas
aún
sin rumbo,
sin domicilio fijo,
sin número,
por las calles de Europa,
regresando a Marsella,
con arena africana
como un escalofrío,
en los zapatos,
urgente
sediento,
ensangrentado,
con los bolsillos rotos
desafiante,
perdido,
desdichado.


No es verdad
que te robaste el fuego,
que corrías
con la furia celeste
y con la pedrería
ultra violeta
del infierno;
no es asì,
no lo creo,
te negaban
la sencillez, la casa,
la madera,
te rechazaban,
te cerraban puertas
y volabas entonces,
arcángel iracundo,
a las moradas
de la lejanía
y moneda a moneda
sudando y desangrando
tu estatura
querías
acumular el oro
necesario
para la sencillez, para la llave,
para la quieta esposa
para el hijo,
para la sila tuya,
el pan y la cerveza.
En su tiempo
sobre las telarañas
ancho
como un paraguas
se cerraba el crepúsculo
y el gas parpadeaba
SOiloliento.
Por la Comunne pasaste,
nmo rojo,
y dió tu poesía
Jlamaradas
que aún suben castigando
las paredes
de los fusilamientos.
Con ojos
de puñal,
taladraste la sombra
carcomida,
la guerra, la errabunda
cruz de Europa.
Por eso hoy a cien años
de distancia
te invito
a la sencilla
verdad que no alcanzó
tu frente huracanada,
a América te invito.
A nuestros ríos,
al vapor de la luna
sobre las cordileras,
a la emancipación
de los obreros,
a la extendida patria
de los pueblos,
a cuanto el hombre
co1nquistó sin misterio.
con la fuerza
y la sangre,
con una mano y otra,
con milones
de manos.
A tí te enloquecieron
Rimbaud, te condenaron
y te precipitaron
al infíerno.
Desertaste la causa
del germen, descubridor
del fuegoi, sepultaste
la llama
y en la desierta soledad
cumpliste
tu condena.
lioy es más simple, somos
países, somos
pueblos,
los que garantizamos
el crecimiento de la poesia,
el reparto del pan,
el reparto del pan, el patrimonio 
del olvidado. Ahora 
no estarìas solitario.


PABLO NERUDA
 Isla Negra, 1954


Per approfondire:
Rimbaud e la poesia cilena (in lingua spagnola)






















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